Los recubrimientos mejorados permiten que las plaquitas de torneado funcionen con mayor eficiencia.
Como dice el antiguo refrán: "Si quieres hacer un buen trabajo, primero debes afilar tus herramientas". En el contexto de las operaciones de corte, "herramientas" se refiere a herramientas de corte y máquinas herramienta. Las máquinas herramienta proporcionan el movimiento relativo necesario entre la herramienta de corte y la pieza de trabajo, mientras que la propia herramienta de corte realiza la eliminación real del material durante este movimiento. Como componente fundamental, una herramienta de corte no sólo debe estar fabricada con materiales de alta calidad, sino también presentar formas geométricas avanzadas y racionales.
Para tornear plaquitas, los materiales incluyen el sustrato y los materiales de revestimiento, mientras que la forma geométrica está estrechamente relacionada con el diseño del rompevirutas. Los usuarios pueden tener diferentes prioridades: algunos se centran en mejorar la eficiencia y la estabilidad del torneado de acero, mientras que otros requieren una mayor versatilidad. Para los fabricantes de herramientas, es esencial desarrollar nuevos productos en diversas direcciones para satisfacer estas diversas necesidades y atender las diferencias individuales de los usuarios.
Los tipos de daño de las plaquitas de corte se dividen principalmente en desgaste y rotura (astillado). La dureza y el espesor del recubrimiento afectan directamente la resistencia al desgaste del inserto, mientras que su tenacidad afecta la resistencia del inserto al impacto y la rotura. Durante el corte, la formación de capas adherentes en la superficie del inserto y su eliminación forzada durante el mecanizado continuo también puede provocar desgaste y rotura. La estabilidad del material de recubrimiento en términos de resistencia al calor y resistencia química, así como su falta de afinidad con el material de la pieza, ayuda a evitar la adherencia y los daños correspondientes. La conductividad térmica del revestimiento también es importante; refleja la capacidad del recubrimiento para disipar el calor generado durante el mecanizado. Una conductividad térmica baja significa una disipación de calor deficiente, lo que evita que el calor entre en el inserto y, en cambio, lo transfiere al chip para su extracción, reduciendo así el desgaste térmico del inserto.




